Pasos por el sendero de la Tierra

Vistas que hacen más ameno nuestro día a día

Muere el mundo. Muere la Tierra. Muere el relato de pájaros, de mamíferos, de seres vivos que cada día, durante miles de años, cruzaron las calles que antes acogían matorrales, las autovías que antes guardaban árboles, y las ciudades que antes fueron bosques. Solo tienes que agachar la cabeza para ver muerta una paloma, no de hambre, porque siempre queda algún niño que le dé de comer sus gusanitos, sino se contaminación. Solo tenemos que fijarnos un poco para percatarnos de esos gatos en las carreteras, aplastados por los vehículos, de esos pájaros destrozados colgando de las vías. El mundo muere, y no hacemos nada. 

No es que seamos malos como tal. No somos villanos ni nada por el estilo, sino que simplemente no nos percatamos de que este está en sus últimas. Creemos que el progreso de la tecnología nos puede llevar a mejorar el planeta, pero lo que provoca es que sigamos cayendo, que sigamos cavando nuestra tumba. Cada nuevo Iphone mata millones de seres vivos. Y el problema es que no solo mueren animales, mueren personas. 

La contaminación es la que crea el Cáncer. No nos percatamos de que la enfermedad sin cura se debe a la cantidad de gases dañinos que respiramos, a la barbarie de polución que nos invade a diario. Cada vez el ser humano está destrozando más su entorno, su lugar de vida, su odisea personal, y todo por querer estar más cómodo en ella. No vamos a ser naturalistas de Greenpeace y vamos a dejarlo todo de buenas a primeras, pero tendrá que haber algo que se mueva con esta finalidad, algo que nos lleve a mejorar nuestra situación, que nos permita seguir disfrutando de los bosques, de las vidas, de los mundos, de todo en general. 

Sí, porque mientras caminaba aquel último domingo de este mes de mayo comprendí todos estos conceptos. Recorrí kilómetros junto a mi padre buscando la naturaleza, huir de cualquier atisbo de contaminación que pudiera corromper mi cuerpo durante aquella mañana. Lo pasé en grande viendo a personas normales admirar la naturaleza, a perros con sus amos, a pájaros libres, a insectos de todo tipo, y lo hice teniendo el respeto que se le debe tener a la Tierra. 

El problema llegó cuando nos asomamos a nuestro final de etapa, allí donde se descubría todo lo que el hombre es capaz de hacer. Una montaña era destruida por una cantera. La naturaleza moría. El mundo moría. 

No sé lo que nos quedará en este planeta, solo espero que la naturaleza que existe no se rompa más, no se siga destrozando. Me gustaría pisar el Amazonas, Costa Rica, el Desierto del Sáhara, el Valle de Khumbu, la Patagonia, e incluso poder disfrutar de un Camino de Santiago. Ojalá sea posible algún día.  

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