Crítica '1984': 2018, querido Orwell

El Playmobil Mayor, es decir, cómo sería el Hermano Mayor en Playmobil

Querido George Orwell, señor del periodismo, querido creador de literatura de horror lógico que fascina al personal que suele leerte, creo que te confundiste de fecha. Cuando quisiste mostrar al mundo las posibilidades que nos traían las nuevas tecnologías, probablemente escogiste el momento más inadecuado. 

Tu obra versa sobre aspectos que pocos se plantean, pero sobre los que siempre hemos tenido algo de curiosidad. Queramos o no, estamos igualmente sometidos que el resto de personas sobre las que hablas, pero, claro, siempre salvando las distancias, pues al menos a nosotros no nos vigilan. O eso creemos. 

Según la teoría que crece como la espuma, las cámaras nos miran, nos tienen siempre presente. Tenemos un control tan sumamente brutal que ni siquiera somos capaces de percibirlo. La alta esfera está colocada por encima nuestra con un poder de influencia tal que podría conocer cada uno de nuestros pasos en cada hora en la que saliéramos a la calle. Pero claro nosotros pensamos que nada de esto nos afecta, que no va con nosotros. Yo insto a todos los que me estáis leyendo a que encendáis vuestro teléfono, habléis sobre comida de gatos durante unos días en las redes sociales, o mismamente con vuestro compañero de casa, cara a cara, con el teléfono al lado, y vean los resultados. 

Este inciso sirve para poder justificar el pensamiento que esta obra ha creado dentro de mí. El horror lógico creo que es la clave de una lectura que te consume paso a paso y que te lleva a sentir que el mundo, probablemente, podría estar controlado por una serie de seres que no tenemos en cuenta, y que, en cambio, en 1984, sí los perciben. El Hermano Mayor no está en nuestra sociedad, o eso pensamos, pero sí tenemos otros símbolos como el Gobierno o los influencers que podrían estar unidos contra nuestra vida, contra nuestro planteamiento social, y, por lo tanto, que podrían estar controlando nuestros quehaceres diarios. Somos lo que somos, hacemos lo que hacemos por alguna causa, no porque nos haya llegado de buenas a primeras. 

Doblepiensa 

Y ahora solo quiero seguir destrozando los cerebros de todos los que hayáis leído la obra o tengáis interés en ello. El doblepiensa es lo que George Orwell crea para referirse a pensar dos cosas a la misma vez. La explicación es muy sencilla: si ahora yo te digo que aquí ves un perro, ves un perro, pero si quiero que sea un pájaro, será un pájaro. 

La sociedad ve lo que quiere que vea su líder. Todos nos regimos por una forma de ver las cosas que va cambiando conforme lo hacen las costumbres que se nos inculcan desde arriba. Es como aquel cuento del rey que acude con una gárgola y todos los paisanos desean tenerla para asemejarse a él, pero no por efecto propio de la sociedad, que tiende a derivarse hacia la opinión pública dominante, sino mediante la imposición de alguien que nos lo dictamina desde arriba. 

Si pensamos lo que tenemos, probablemente nos percatemos de que, sí, la opinión pública es la que tiene la mayoría, pero esta mayoría es probablemente una mayoría no formada, sin principios, la cual ha sido consumida por un órgano superior que se la ha instaurado. La opinión pública cambia según los grandes poderes, que se la instauran a estas esferas sin fuerza para poder tener controlados al mundo entero, y abstenerse de problemas para operar sin presión. 

En resumen: pan y circo. O alcohol y redes sociales. 

Así me parece 1984

Ojalá hubiera podido leer esta obra en 1984, entonces habría dicho que las semejanzas eran estúpidas y que Orwell era un farsante. La he leído en 2018, y según he podido comprobar, ya digo que mi conocimiento es el mismo que el del resto, la fecha no existe. Esa fecha no es más que una metáfora de Orwell, una forma de decirnos que en unos pocos años estaremos así, es decir, controlados hasta arriba por algo que ni conocemos, por pantallas que nos rodean. ¿Os suena de algo? 

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