Crítica La Caída de los Gigantes - La aristocracia es humana

Vista de la Michaelerplatz de Viena. 

''La aristocracia es superior a nosotros, pero la guerra consigue equilibrarlo todo''. Así quiero plasmar mi visión sobre este libro del que me esperé mucho más que simples redacciones sobre la Primera Guerra Mundial que están de más. Follett volvió a la carga con su serie de The Century, pero quiso alardear de conocimiento y nos dio una auténtica lección de lo que fue el primero de los conflictos a nivel global, cosa que aburre en esta obra. Y mucho. 

Sin embargo, no solo hay que darse cuenta de este aspecto, que para muchos sería el eje principal, sino también de dos cuestiones básicas. A mi parecer, creo que estas son las dos claves para comprender un taco de más de 1000 páginas que solo puede ser contado con esta extensión. 

1.- La mujer fue esencial en la guerra. 

Sí, y el que no lo piense, pues que deje de leer. La mujer fue una de las claves en todas y cada una de las guerras que han tenido lugar en nuestra historia. Porque sin alguien que ayudase en las tareas que el hombre solía hacer, nos hubiéramos extinguido. Eso solo contando lo que hicieron por ellos, porque, además de esto, debían cargar con su trabajo 'asumido'. 

Debo quedarme con dos personajes claves. El primero de ellos es Ethel Williams, una chica que peca por haberse enamorado de un aristócrata que termina defraudándola, pero que consigue rehacer su vida y salir adelante con la valentía que la caracterizó desde las primeras líneas en las que apareció. El segundo es Lady Maud, aquella inglesa que lucha por las mujeres, pero también por los pobres. Es el prototipo de señora de alto poder adquisitivo que se rebaja a las esferas menos favorecidas para mostrar su apoyo y para ayudarlas en al ardua tarea de su supervivencia en la cruel Europa de los años 10. Por si fuera poco, ella misma acepta entrar en la pobreza extrema por amor. No me queda más remedio que enamorarme de este personaje. 

2.- Aristócratas como personas. 

Ante todo, y con esto me quedo como punto principal, los que son demasiado ricos terminan cayendo. Sí, la guerra los coloca a todos en un frente, en un lugar donde pueden morir, o bien acaba con su fortuna, como bien le ocurre a Walter, el señor alemán que, pese a haber sido un buen marido, sufre las consecuencias de la crisis. Así es la vida que ellos no ven, y con la que, quizá, los que somos de a pie, que no podemos disfrutar de lujos de todo tipo, convivimos. 

Cuando uno termina un libro, un sabor amargo resta en su boca. Parece que ha terminado una etapa, algo especial, algo que perfectamente podría haber sucedido de otra manera. Sin embargo, con este me he mantenido de la misma forma desde el comienzo hasta el final, es decir, pensando y creyendo firmemente que la aristocracia es humana. Y eso nadie lo va a cambiar jamás. Por mucho dinero o poder que tenga. 

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