¿Existe la Espiral del Silencio en Internet?

Para quién no tenga ni la menor idea sobre la Espiral del Silencio, una pequeña definición: 'Proceso de aislamiento de un ser humano por pensar distinto al resto (opinión pública o grupo específico), que generalmente lleva a la persona a adoptar una postura contraria a la suya habitual (cambiar de idea) para así adherirse al grupo u opinión pública en cuestión'. 

¿Somos la misma persona física que la que somos en la red?

            Realmente, debemos plantearnos si somos los mismos en la red que lo que somos en la realidad. Nosotros somos seres que temen el cara a cara con la persona, incluso en los conflictos y en los momentos más duros de nuestra vida. Sin embargo, cuando estamos detrás de una pantalla no tenemos miedo de enfrentarnos a estos problemas o de encarar una circunstancia de violencia.

            Nos importa bastante que nos miren de forma extraña, que se burlen de nosotros, que nos hagan sentirnos mal, pero en la red nada de eso puede ocurrir. Puedes evadirte de esos sentimientos, dejar de verlos, creer que son mentira, que no están ahí porque son irreales, y, por lo tanto, no son para nada parte de nuestra vida. No somos lo mismo, como sujeto, como persona, como pensador, como entusiasta, como aventurero. Somos un ser que en la red es distinto del real.

¿Tenemos posibilidad de experimentos de campo como el experimento del tren?

            En Internet es difícil ver este tipo de situaciones. Estas dependen, sobre todo, del grado de adicción o de tiempo que pase la persona frente al dispositivo. Si se encuentra en la media de lo que los jóvenes lo consumen hoy en día (entre 3 y 5 horas), entonces sí que se podrán dar experimentos de campo como el del tren, es decir, simulando situaciones en las que les afecten los hechos y el aislamiento pueda tener lugar.

            En sí, también depende de si las personas con las que interactúa las conoce físicamente o no. En caso de que no las conozca, el riesgo de aislamiento es nulo, y puede esconderse detrás de cuentas falsas, de nombres truncados, o incluso de errores informáticos que han causado tal problema (hackeo de cuenta).

            En caso de que las conozca, entonces sí se dará la espiral, pero se dará cuando la persona entre en contacto físicamente con estas, pues en la red este riesgo puede ser eliminado como si no existiese puramente.

¿Hay miedo al aislamiento, o siempre tenemos algún bando que piensa como nosotros?

            Siempre existe un bando, una parte de Internet que es como nosotros. Internet funciona como un Iceberg. Es una teoría casi similar a la que se nos plantea con el análisis del subconsciente. Nosotros vemos solo la punta de ese Iceberg, e incluso algunas zonas que se reflejan en el agua, pero no lo que hay debajo. En este se encuentran todo tipo de aspectos que nadie conoce, tales como páginas dedicadas al tráfico de órganos, drogas, armas; hackers de todo tipo, reclutamiento de personas para ideologías determinadas, etc. Estas están cifradas o codificadas para que nadie pueda intervenir en los procesos que llevan a cabo.

            Si cualquiera de nosotros buscase algún concepto, aparecerían otros que ya han mirado dicho concepto. Imaginemos que somos creyentes de la Orden Jedi, y que nos supone un tremendo aislamiento en nuestro día a día el amar esta creencia basada en Star Wars. Si buscamos en la red, tendremos a personas que también se sienten identificados con ello, y, por lo tanto, nuestro riesgo de aislamiento se eliminaría en este ámbito.  

Conclusiones

            Como podemos ver, Internet lo que hace es eliminar las espirales, hacer ver todo más sencillo y que siempre hay alguien que nos acompaña. Esta realidad virtual nos corrompe y nos hace sentirnos seguros dentro de ella, creyendo que estaremos a salvo junto a los que piensan como nosotros.

            Sin embargo, planteo una duda más, y es que nunca sabemos si todos esos que están detrás de las ideologías que nos ayudan a aislar la espiral del silencio son o no seres ciertos. El timo está siempre presente, y no sabemos si estos seres solo nos manipulan para llevarnos a otro lugar.


            La espiral, entonces, tiene dos formas de ser destruida por Internet: la primera es mediante la voluntad nuestra de buscar nombres falsos o incurrir a errores ajenos, y la segunda se produce mediante la voluntad del resto de la red de brindarnos una oportunidad de estar en un gremio. Ambas tienen como premisa el posible engaño, bien nuestro, bien del resto. 

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