Béisbol

Solo son tres bases, tres las que conforman un juego entrañable y poco seguido en nuestro país como es a día de hoy el béisbol. Su merchandising es pura dinamita para los jóvenes, pero su táctica y transcurso no anima a su seguimiento por parte de los residentes europeos. Es por ello que desde mi blog me veo obligado o, mejor dicho, siento la necesidad de dar a conocer aquella pasión que me transmite éste y los demás deportes americanos.

No es por sus escudos, ni mucho menos por sus herramientas. El béisbol supone para mi formación diaria una ayuda clara hacia la emoción de poder cambiar algo en cualquier instante en un deporte que está marcado por la dependencia de ti mismo. En él, sois tú y tu bate, nadie más. El 'pitcher' intentará buscarte las cosquillas y sacarte el 'strike', sin embargo, si eres listo y sabes como contrarrestarle, puedes conectar un 'home-run' y levantar a todo el estadio.

Es ésta la pasión, no es más. Es su perfecta traducción en una armonía difícil de conseguir si pasamos hacia otros lugares. Una carrera te llena, una eliminación te mantiene y, si el milagro quiere caer del cielo, un 'triple play' te desmaya.

Son cientos los partidos anuales, concluyendo todos ellos en la explosión final de octubre. Este año no hay equipo que tome la gran línea, aunque los New York Yankees hayan remontado el vuelo y Cincinnati Reds haya metido en el All Stars a gran cantidad de jugadores (récord en la historia de la franquicia). Los Red Sox se hunden en su mar de dudas, mientras que los Angels buscan alzarse con algo que no llega a causa de las derrotas incomprendidas y a la ausencia polivalente de Mike Trout en el bate de sus compañeros.



Y es que este número 27 me deja cada día más alucinado. El primer turno de bateo del All Stars fue suyo, igualando a Bo Jackson en 1989 tras conseguir un jonrón en la primera entrada de un partido de las estrellas. Además de él, mi particular amor por los grandes 'pitchers', me lleva a desear la estancia en mi equipo mental de Aroldis Chapman, el chico que más joven se ha hecho con la marca de 500 'strikeouts'. Cuanto menos impresionante.

No veo el por qué de no sentir, al menos, respeto hacia esta disciplina. Es cierto que los enfrentamientos se alargar hasta más de dos horas y media, que nuestras televisiones raramente realizan su cobertura, pero aún así el amante se mantiene fiel a ello.

Un golpe, una salida vertiginosa, una interrupción llegada desde el diamante, un 'home-run', una eliminación, un toque certero, un lanzamiento a velocidades estratosféricas, esto es béisbol. Esto es el deporte de los Estados Unidos.

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